Gripe en tiempos de COVID

La gripe supone un problema de salud pública en el mundo1. Cada año la gripe provoca entre 3 y 5 millones de casos de enfermedad grave y entre 290.000 y 650.000 muertes en todo el mundo1.

En España también supone un grave problema sanitario1. Así, en la temporada de gripe 2019-2020, se diagnosticaron en nuestro país más de 600.000 casos confirmados de gripe en Atención Primaria, cerca de 30.000 hospitalizaciones por gripe confirmada y casi 4.000 muertes atribuibles a la gripe2.

Los expertos advierten que la emergencia de la pandemia por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, sumada a la epidemia anual de gripe podría suponer un problema de salud pública de consecuencias catastróficas3.

Además de multiplicar los problemas en la atención sanitaria, la pandemia por coronavirus puede cambiar la epidemiología y la carga de enfermedad por gripe, tanto en el periodo entre temporadas4,5 como en los meses de invierno, en los que la gripe alcanza niveles epidémicos6,7.

Lo primero a tener en cuenta es que la emergencia de la pandemia por SARS-CoV-2, ha producido una distorsión de las redes de vigilancia centinela durante el año 2020 en España y en el resto de países de nuestro entorno, que ha afectado tanto a los sistemas de vigilancia de Atención Primaria como a los de vigilancia hospitalaria6,7.

Según la Organización Mundial de la Salud, los datos actuales referentes a la vigilancia de la gripe en todo el mundo deben interpretarse con cautela, ya que la pandemia de COVID-19 sin duda ha influido en diferentes aspectos de la actividad gripal observada, como la asistencia a los servicios de salud de la población, la dotación de personal y rutinas en los centros centinela, así como las prioridades y capacidad diagnósticas de los distintos países. Por otro lado, las diversas medidas de higiene y distanciamiento social implementadas para reducir la transmisión del virus del SARS-CoV-2 probablemente hayan contribuido a reducir también la transmisión del virus de la gripe6.

En el periodo correspondiente a la intertemporada de gripe del año 2020, la actividad gripal se está presentando con niveles más bajos de lo esperado para esta época del año, tanto en España como en otros países del hemisferio Norte, así como en países tropicales y países del hemisferio Sur6. Sin embargo, la detección esporádica del virus de la gripe durante el verano en el hemisferio norte nos recuerda que el virus de la gripe sigue circulando7.

Respecto a las perspectivas de la epidemiología de la gripe el próximo otoño-invierno, sería posible que la actividad gripal durante la próxima temporada 2020-2021 pueda disminuir tanto en España como en Europa6. Sin embargo, persisten muchas incógnitas con respecto al momento y la intensidad de la actividad de la gripe la próxima temporada. Dependiendo de la continuidad de las medidas de higiene y distanciamiento social que se están implementando por la pandemia por coronavirus, existe la posibilidad de que hubiera un retraso del inicio de la temporada de gripe a unos meses más tardíos, en lugar de comenzar a finales de noviembre o principios de diciembre como suele ser habitual en el hemisferio Norte7. En cualquier caso, la gripe es una enfermedad impredecible, y este concepto sigue siendo válido para la temporada 2020-2021. La gripe seguirá siendo una grave amenaza para la salud de la población y una sobrecarga extraordinaria para el sistema sanitario7.

Además, la epidemia de gripe sumada a la pandemia de COVID-19, causada por un virus con sintomatología similar pero con ingresos hospitalarios más prolongados y un mayor riesgo de mortalidad, podría potencialmente hacer que la próxima temporada de gripe se convierta es un problema de salud pública más grave de lo habitual en todo el hemisferio norte3. Asimismo, es probable que se den casos de coinfección por gripe y coronavirus, los cuales hasta la fecha podrían estar siendo infradiagnosticados8. La coinfección por coronavirus y gripe puede originar cuadros clínicos muy graves9.

En resumen, las medidas tomadas para reducir la transmisión del nuevo coronavirus SARS-CoV2 en Europa podrían haber tenido un impacto en la transmisión del virus de la gripe. Sin embargo, los sistemas de vigilancia de la gripe se han visto afectados por la pandemia por coronavirus y los datos epidemiológicos y virológicos actuales sobre la gripe deben interpretarse con precaución. Existen muchas incertidumbres sobre la evolución de la gripe en la temporada 2020-2021, sin embargo, la coexistencia de la pandemia por coronavirus y la epidemia anual de gripe puede tener consecuencias muy negativas en términos de salud pública.

LA GRIPE AUMENTA LAS
COMPLICACIONES
CARDIOVASCULARES

Los adultos mayores de 40 años sin
antecedentes cardíacos ven aumentado el
iesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares después de sufrir una gripe.

LA GRIPE EN LOS NIÑOS

Los menores son un factor fundamental en la cadena de transmisión de la gripe debido a que excretan el virus durante más tiempo y expulsan una mayor carga. Además, pueden sufrir complicaciones, por lo que la prevención en ellos resulta clave.

LA GRIPE EN EL EMBARAZO

La vacunación antigripal durante el embarazo tiene un notable efecto protector, tanto para la madre como para el bebé. Y es que la gripe durante el embarazo puede tener consecuencias graves para ambos.

MAT-ES-2004409 V2.0. Marzo 2023

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