D. Federico Martinón-Torres

En el campo de la atención sanitaria pediátrica, hay una enfermedad que ha provocado históricamente un gran miedo: "Cuando una familia acude al hospital con un niño muy enfermo, casi siempre su primera pregunta es: ¿podría ser meningitis?", explica el profesor Martinón Torres, Jefe del servicio de Pediatría y Director de Pediatría Clínica, Infectología y Traslacional del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela (España).

La meningitis meningocócica es una enfermedad causada por varias cepas diferentes de bacterias, llamadas Neisseria meningitidis, que circulan de forma impredecible por todo el mundo. Durante el año 2018, más de 3.200 personas contrajeron la enfermedad meningocócica invasiva en Europa 1, y en España durante el 2019 se produjeron 412 casos 2. Aproximadamente 1 de cada 10 pacientes no sobrevivieron.

La mayoría de las personas pueden portar y transmitir las bacterias, 1 de cada 10 personas y 1 de cada 4 adolescentes tienen bacterias meningocócicas en la parte posterior de la nariz o garganta sin mostrar ningún síntoma de la enfermedad, por ello, a menudo, la transmiten sin saberlo 3. Sin embargo, un número minoritario de niños, adolescentes y adultos jóvenes - con mayor frecuencia menores de 5 años y los jóvenes entre 14 y 25 años 4 - sufren la infección ocasionada por estas bacterias que además de provocar la muerte puede ocasionar complicaciones graves y secuelas 5.

A pesar de todos los avances en los tratamientos médicos, "se ha producido un estancamiento en los resultados, ya que todavía aproximadamente el 10 % de los casos de meningitis grave mueren, a veces solo 24 horas después de enfermar", señala el profesor Martinón-Torres. "Además, hasta un 20 % se enfrenta a secuelas de por vida. Entre las complicaciones se encuentran la septicemia (infección en la sangre), que puede provocar amputaciones, así como problemas neurológicos graves, incluida la pérdida auditiva" 6.

El Dr. David Greenberg es actualmente director médico de meningitis en Sanofi
Pasteur
, empresa que lleva 45 años focalizando sus esfuerzos en la prevención de la
enfermedad meningocócica.

En 1981, cuando era un joven estudiante de medicina en una Unidad de Cuidados
Intensivos (UCI) de Houston (Texas) se produjo un brote de meningitis meningocócica
que afectó a media docena de niños en edad escolar de la ciudad.

"En ese año, íbamos al hospital para ver a los padres que llegaban con sus
hijos enfermos, que mostraban todos los signos indicadores de meningitis y
septicemia."


Describían la rapidez con la que les había atacado: el día antes, los niños
estaban perfectamente sanos. Fue terrible ver la enfermedad progresar, sin
importar lo que hiciéramos para intentar detenerla. Era el desenlace habitual
en esa época. Habría brotes de meningitis y hospitales cuidando de estos
niños, los cuales no todos podrían salvarse", señala el Dr. Greenberg.

Antes de que se implantasen programas de vacunación masivos en muchos países de
todo el mundo, las epidemias de meningitis eran más frecuentes. Hoy en día, gracias a
las vacunas, "han desaparecido prácticamente en poblaciones con altas tasas de
cobertura de vacunación"
, añade el Dr. Greenberg.

Aunque ahora es posible reducir la incidencia
de la meningitis meningocócica mediante la
vacunación, se trata de una situación que
continúa requiriendo atención y mejoras constantes.

Hay varios tipos de vacunas disponibles en
diferentes países y regiones de todo el mundo,
que van desde aquellas que ayudan a prevenir
solo una cepa de la enfermedad 
(monovalente) hasta las vacunas que ayudan a
prevenir cuatro cepas (tetravalente).

Los programas de vacunación pueden variar
según el país y pueden dirigirse a diferentes
grupos de edad y poblaciones. En muchos
países, hay programas dirigidos a población
muy joven, de al menos una cepa de la bacteria
meningocócica, normalmente la que había
causado brotes de meningitis localizados en el
pasado. No obstante, eso no es suficiente para
prevenir todas las muertes evitables o posibles
discapacidades que puedan producirse debido
a la infección. Muchas autoridades sanitarias
nacionales han aumentado el alcance de la
vacunación
 con el tiempo, tanto para cubrir
más cepas
 como para cubrir grupos de edad
más amplios.


Con todos los tipos de vacunación, es de vital
importancia mantener las tasas de vacunación 
en la población a un nivel alto para
proporcionar inmunidad de rebaño,
especialmente hasta que se comprenda mejor
la meningitis.

El profesor Martinón-Torres está intentando comprender qué es lo que hace que algunas personas
sean más susceptibles a la meningitis meningocócica grave que otras, para adaptar aún más las intervenciones médicas.

Doctor Federico Martinón-Torres
Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico
Universitario de Santiago.

"Cuando se tiene una enfermedad infecciosa geográficamente generalizada, pero que solo muestra resultados graves en una minoría de personas infectadas, hay algo en la biología de esas personas que permite que las bacterias hagan tanto daño. Hasta ahora creemos que esto está relacionado con una variación genética en el sistema inmunitario de dichas personas. Estamos cada vez más cerca de abordar cómo esas variaciones permiten un efecto tan grave y, en el futuro, creo que podremos potenciar intervenciones más personalizadas".

"Mientras tanto, las vacunas pueden ayudar a eliminar la preocupación y el miedo a la meningitis meningocócica en millones de familias, lo cual ya es un progreso importante", destaca el profesor Martinón-Torres.

El testimonio del atleta Daniel Yoshizawa, superviviente de la meningitis meningocócica.

Daniel Yoshizawa, un atleta paralímpico brasileño que sobrevivió a la meningitis meningocócica,
comparte su historia de valentía, determinación y coraje. Hoy en día, Daniel es un firme defensor de la
prevención y, a través de su historia, intenta difundir el mensaje de la urgencia de la vacunación
 contra esta devastadora enfermedad.

MAT-ES-2101106.v1.Abril 2021

CARGA DE LA ENFERMEDAD

Una enfermedad con una progresión rápida y que afecta sobre todo a personas sanas, presentando una elevada morbimortalidad además de una serie de costes ignorados.

 

LA VACUNACIÓN COMO ESTRATEGIA


Debido a la rápida progresión y pronóstico de la Enfermedad Meningocócica Invasiva, la inmunización a través de la vacunación de los grupos más vulnerables es muy recomendable.

 

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